¿Amar? Desde aquel momento no quise volver a sentir esa palabra.
Duele. Yo no sabía qué era el amor hasta que lo conocí. ¿Qué si me arrepiento?
Me podría arrepentir de cualquier cosa en mi vida, menos de cada uno de los
momentos que viví con el. Siempre había escuchado que cuando uno ama siente
esas mariposas revoloteando en el estómago. Una definición demasiado simple
para una palabra con tanto significado como es el verbo amar. Cuando estés
dispuesto a hacer todo, y cuando digo todo me refiero desde la cosa más pequeña
e insignificante hasta la más grande e importante, por esa persona, sabrás que
estás enamorado. Porque eso es amar, sacar día a día un poco de los
sentimientos que guardas en el corazón, y depositarlos en el de la otra
persona, manteniendo la esperanza de que tu corazón también lo llenará su amor.
Después de todo este tiempo he comprendido que amarte y que
me amaras fue el regalo más grande que he llegado a alcanzar, más que cualquier
riqueza, más que el poder y la fortuna absoluta. Quererte, ha sido sin duda, lo
mejor que me ha pasado en la vida.
Pero tú ya lo sabías, y yo también, hay veces que el amor no
es suficiente, no basta, se necesitan otras cosas, muchas más cosas. Y nosotros
no supimos encontrarlas.
Cuando los celos se vuelven enfermizos, cuando las
discusiones se vuelven rutina, cuando se valora más el orgullo que los
sentimientos, cuando aparecen las dudas y esa incertidumbre que te recorre el
cuerpo al preguntarte si estás con la persona idónea, y la visita repentina de
la culpa por haberte replanteado si lo quieres o no. Es ahí cuando el puzzle
empieza a desencajar, cuando el reloj se queda sin cuerda, cuando la película
está a punto de acabar…Y sigues insistiendo, un nuevo intento, y otra vez más,
fallido.
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